La ciudad de Peñíscola se sitúa en una península rocosa, en origen unida a tierra solamente por un istmo de arena, que hacía fácil su defensa, que ocasionalmente se inundaba y el istmo quedaba sepultado bajo el agua del mar. Actualmente, debido a la construcción del puerto y de los edificios en el istmo, este curioso hecho ha desaparecido. Sobre la peña se levanta su casco viejo, del que sobresale el castillo del Papa Luna, dividiendo la costa de Peñíscola en dos mitades absolutamente diferentes. Dispone de amplias playas tanto al norte como al sur de la península del castillo. El término municipal de Peñíscola incluye una de las sierras litorales más vírgenes de la costa valenciana, la Sierra de Irta, que acaba en el mar en una costa rocosa baja y en algunos puntos, de altos acantilados, como el de la Badum. La sierra ocupa las dos terceras partes meridionales del término de 81 km². La parte septentrional es una pequeña llanura aluvial que comparte con Benicarló y que llega desde el mar hasta las cimas del Poaig.
Peñíscola limita con los municipios de Benicarló, Cálig, Cervera del Maestre, Santa Magdalena de Pulpis y Alcalá de Chivert.
Prehistoria y Edad Antigua
Son abundantes los vestigios arqueológicos hallados en las cercanías del tómbolo, en los yacimientos de Poaig y Els Barrancs, que confirman el poblamiento de la zona por algún pueblo ibérico (ilercavones), así como la relación entre éstos y los mercaderes fenicios que llegaron por mar (s. VII–VI adC.). En Peñíscola se asentaron, probablemente, los fenicios procedentes de Tiro y poco después los griegos de Zacinto. Más tarde llegarían por mar cartagineses, romanos, bizantinos y árabes.
Los testimonios escritos más antiguos y verosímiles acerca del conocimiento de Peñíscola en el orbe antiguo, cabe buscarlos, sin embargo, en las citas de Hecateo (s. VI a. C.) Estrabón (s. I a. C.) y Rufo Festo Avieno (s. IV) que en sus descripciones de la costa mencionan la ciudad de Quersónesos (Χερσόνησος), nombre que darían los griegos a la ciudad y cuya traducción significa península.
Peñíscola, colonia griega y romana, será importante puerto a través del que entrarán productos manufacturados (cerámica, telas, armas, etc.) que los colonizadores intercambiarán por el preciado vino y aceite de oliva de los íberos que poblaban las sierras del litoral.
Serán los romanos, quienes al traducir el nombre griego de la ciudad al latín (al decir de prestigiosos filólogos, en la forma vulgar paene + insula, «casi + isla») darán origen al topónimo actual de Peñíscola.
Edad Media
Desde el año 718 en que Tarik concluye la conquista hasta 1233, la ciudad de Peñíscola vive bajo dominio musulmán. Se conocen escasos detalles de esta época. Los geógrafos árabes aluden a Peñíscola (a la que llamarán Banáskula o Baniskula por adaptación del topónimo a su alfabeto) como castillo inexpugnable junto al mar, que está poblado, tiene alquerías, cultivos, abundancia de aguas e importantes salinas. Desde la fortaleza, que será frontera con la cristiandad, los moros piratean el litoral y realizan incursiones en la Cataluña.
Peñíscola será cuna de personajes ilustres como el Rey Lobo ‘Mohamed ben San, Aben Mardanis’ (1124) que logrará mantener un reino musulmán en el sudeste de la península ibérica frente a los invasores bereberes, y el literato Alí Albatá, que intervendrá en las negociaciones con el rey Jaime I.
Aunque ya lo había intentado en 1225 sitiándola durante dos meses, no será hasta 1233 cuando Jaime I tomará posesión de la ciudad de Peñíscola, recuperando también el dominio sobre el mar. Será una conquista pacífica. Tras la caída de Burriana que deja aislados los castillos musulmanes del norte, la ciudad se entregará sin lucha y bajo ciertos pactos que respetaban las leyes y costumbres sarracenas.
El 28 de enero de 1251, sin embargo, Jaime I de Aragón otorgará carta de población a la ciudad a fuero de Valencia, en virtud de la cual desposeerá los moros de todos sus bienes propiedades que entregará a los nuevos pobladores cristianos. Esta medida propiciará la consolidación demográfica y económica de la ciudad, iniciándose una etapa de prosperidad.
Entre los años 1294 y 1307 fue construido el actual castillo Templario sobre los restos de la alcazaba árabe. Los promotores fueron frey Berenguer de Cardona, que era el Maestre de la Orden del Temple en Aragón y Cataluña y frey Arnaldo de Banyuls, que era el Comendador de Peñíscola. Los escudos de ambos se conservan esculpidos en piedra formando fajas heráldicas situadas por encima de la puerta de acceso al castillo y también sobre la puerta de la basílica.
El Cisma de Occidente
A caballo entre los siglos XIV y XV, el Cisma de Occidente marcaría la historia de la Iglesia con la presencia simultánea de dos Papas. Uno de ellos fue Pedro Martínez de Luna, más conocido como el Papa Luna. Sustituyó a Clemente VII como Papa de Aviñón con el nombre de Benedicto XIII, al tiempo que otro Papa se instalaba en Roma con la obediencia de ingleses, alemanes e italianos. Desautorizado, el Papa Luna se autoexilió a Peñíscola donde entraba el 21 de julio de 1411 asentando allí la sede pontificia y convirtiendo su castillo en palacio y biblioteca pontificia tanto para él como para su sucesor, Clemente VIII, el también aragonés Gil Sánchez Muñoz, segundo Papa de Peñíscola, el cual, tras la muerte de Benedicto XIII el 23 de mayo de 1423, fue elegido en Peñíscola por los partidarios del Papa Luna, gobernó entre 1424 y 1429. Su renuncia al cargo acabó con el Cisma de Occidente.
Tras el periodo pontificio Peñíscola regresa a la jurisdicción real, siendo una de las villas de realengo del Reino de Valencia, al igual que Morella, Burriana, Játiva, Alcira, etc.
Edad Moderna
Durante la época moderna se construyen las murallas renacentistas, finalizándose en 1578, a cargo del arquitecto militar de Felipe II, Giovanni Battista Antonelli, siendo uno de los ejemplos más relevantes de fortificación del Mediterráneo. Guardan un gran parecido con las murallas de Ibiza. La razón de estas construcciones fue la gran presión de la piratería y la amenaza turca en el siglo XVI.
Durante las Germanías, el castillo de Peñíscola fue refugio del virrey de Valencia.
Tras un periodo de crisis local a finales del siglo XVII, después del cambio dinástico a los Borbones, la población protagonizó uno de los capítulos más relevantes de su historia. Se declaró partidaria del bando borbónico, junto a su gobernador militar, Sancho de Echevarría.
El Reino de Valencia, en su mayoría era partidario del aspirante al trono austríaco, al igual que el resto de reinos de la Corona de Aragón, por lo cual Peñíscola fue sitiada durante dos años, principalmente por destacamentos ingleses y holandeses. Uno de los capítulos más relevantes de este sitio fue la llamada «Batalla de las Trincheras».
Finalmente, tras resultar vencedor de la Guerra de Sucesión Española, Felipe V declara a Peñíscola como ciudad, con los títulos de «Muy Noble, Leal y Fidelísima Ciudad». Así mismo fue beneficiada fiscalmente y su consejo ennoblecido.
Recuerdo de aquel episodio es la iglesia-ermitorio de la Virgen de la Ermitana, construida por el gobernador militar de la Ciudad, Sancho de Echevarría.
Edad Contemporánea
Durante la ocupación francesa Peñíscola fue objeto de operaciones militares por su valor estratégico y militar, conquistada por el general napoleónico Suchet, la población fue expulsada de la ciudadela, refugiándose en la Sierra de Irta. Posteriormente fue reconquistada por el general Elío.
Durante el siglo XIX y principios del siglo XX, las principales actividades económicas de la ciudad fueron la agricultura y la pesca. Destacó el cultivo del vino, muy apreciado y exportado a través del cercano puerto de Benicarló. Tras la epidémia de la filoxera, los cultivos de secano locales se centraron en el algarrobo, el olivo y el almendro.
En 1922 se finalizó la construcción del puerto pesquero, infraestructura muy reclamada por el sector debido a la cantidad de muertes que regularmente sucedían entre los pescadores a causa de los temporales.
Tras la Guerra Civil, que en Peñíscola causó numerosos estragos, una nueva actividad económica que había empezado tímidamente a principios de siglo, se fue popularizando, el turismo. El punto de inflexión resultó el rodaje de dos películas, Calabuch (1956, Luis García Berlanga) y la superproducción El Cid (1962, Anthony Mann), que dieron a conocer la ciudad.
En la actualidad el sector turístico representa el principal motor económico de la ciudad, y supone una transformación permanente de la misma. Pero esta actividad económica también presenta algunos conflictos con el medio ambiente y el patrimonio cultural, que son retos a superar de cara al nuevo milenio.
Los lugares de interés de Peñíscola, además del castillo templario, la ciudad cuenta con las murallas que Felipe II encargó al arquitecto militar italiano Giovanni Battista Antonelli, que fue quien las diseñó, siendo construidas entre 1576 y 1578. El Portal Fosc, llamado asimismo de Felipe II, es una de las tres entradas al casco histórico de Peñíscola; fue construido en 1578 y se atribuye su autoría al arquitecto Juan de Herrera.
El Portal de San Pedro o del Papa Luna, muestra en su parte central el blasón en piedra de Pedro de Luna. Era el acceso a la fortaleza desde el mar, cuando las aguas llegaban al pie de la muralla y las barcas varaban en la misma rampa al pie de este portal. Lo mandó construir el Papa Luna en 1414.
Otros lugares de interés son:
- El Templo Parroquial de Santa María de Peñíscola, anteriormente nombrada de la Virgen del Socorro, con tracería gótica del siglo XV en parte de ella y elementos arquitectónicos (ménsulas esculturadas) y puerta de tradición románica. En ella fue nombrado obispo Alonso de Borja o Borgia, que posteriormente sería elegido papa con el nombre de Calixto III.
- La Ermita de la Virgen de la Ermitana, junto al castillo en la que se alberga la imagen de la patrona de la ciudad. Fue construida a principios del siglo XVIII a expensas del gobernador de la ciudad, Sancho de Echevarría. Cuenta con una fachada de sillar, del típico barroco valenciano.
- La Ermita de San Antonio.
- El Parque de Artillería, zona de casamatas y polvorines rodeados de jardines.
- El Museo de la Mar, donde se pueden encontrar exposiciones sobre la pesca y la navegación en la ciudad desde la antigüedad.
- El Bufador, que es una gran brecha entre las rocas por la que «respira» el mar en los días de temporal.
- El Parque natural de la Sierra de Irta, reserva de fauna y flora. En el se encuentra la Ermita de San Antonio, la Torre de la Badum o el Mas del Senyor entre otras construcciones.
Casa Rural La Perdiu y Casa rural alba son dos opciones muy buenas para disfrutar del turismo rural de Castellón, son dos casas rurales situadas en Chert (Xert) a 38,9Km de Peñíscola y desde donde poder disfrutar del turismo rural de Castellón.